Paloma
Sánchez
Catedrática emérita
de Economía Aplicada
Las mujeres en la UAM. Profesoras, alumnas y grandes profesionales
Las mujeres en la UAM. Profesoras, alumnas y grandes profesionales
por Mª Paloma Sánchez Muñoz
Formé parte de la tercera promoción de la UAM en la rama de Economía y tras los exámenes del último curso entré a formar parte del Departamento de Estructura Económica que entonces dirigía el Profesor Tamames. Mi curso, como la mayoría entonces, era pequeño, unos treinta y tantos alumnos y la mayoría eran chicos. Estamos hablando de 1975. Hoy ya somos más mujeres, tanto en las clases como en muchos departamentos.
No recuerdo en qué año fue (Gemma me dice que en el 86-87), pero en uno de mis grupos de Estructura Económica de España, de tercero de la licenciatura en Economía, conocí a un grupo de amigas que resultaron ser excelentes alumnas: Gemma Durán, Nuria Laguna, Ildara Rozas y Ana Urraca. Ellas están añadiendo en este blog sus recuerdos a los míos. Tened esto en cuenta los lectores, porque están poniendo en mis labios frases elogiosas sobre mí.
Las recuerdo siempre en las primeras filas, atentas a las explicaciones y a sus notas. En esos años, yo era Representante de España en la OCDE, en el área de ciencia y tecnología, lo que me obligaba a viajar, de vez en cuando, fuera de España. Eran asignaturas anuales y, si había ausencia de clases, era fácilmente recuperable. Con el tiempo ellas mismas me confesaban que todos estaban al tanto de mis viajes por mi manera de plantear ese día las clases o porque, según ellas, ese día yo aparecía más arreglada de la cuenta (je je) lo que les hacía suponer que dispondrían de tiempo libre.
Confiesan que en las primeras clases me miraban con precaución. Nuria dice “parecías muy exigente y pensábamos que contigo mejor no pasarnos ni un milímetro”. Ana continua “Eras conocida como ‘la Thatcher’. Sin embargo, aquella actitud estricta en la clase se modificaba en el trato personal. Recuerdo siempre un trato afable en los asaltos fuera del aula, y la paciencia, el cariño y el respeto con que siempre me trataste como directora, durante mis primeros años de tesis y de investigación”. Me cuentan que aquella primera asignatura de Estructura Económica de España les decidió a elegir esa especialidad en el siguiente año, que fue su primer contacto con la economía aplicada y que les enganchó ya para siempre.
Como consecuencia de esta decisión, volví a tenerlas como alumnas en quinto curso, en la asignatura Sector Exterior de la Economía Española. Ellas y yo pensamos que se trataba de una asignatura muy útil, pero con gran carga de cuestiones legislativas. En ese curso yo ya había escrito un manual, pero, no obstante, era mucha materia. Sin embargo, ellas, igual de perspicaces que unos años atrás, no tuvieron dificultades para superar la asignatura con excelentes resultados académicos. Por lo visto, también se dieron cuenta que muchas de las preguntas del examen respondían a excepciones a la regla general de la normativa.
Gemma me cuenta que esta asignatura le sirvió también para aceptar, un curso después, un encargo profesional. Le pidieron obtener un permiso para la importación de un software desde EEUU. La operación no era sencilla y no muy habitual en esos años pero que, gracias a lo aprendido, y a pesar de lo joven que era y no haber acabado aún la carrera, no le resultó complicado manejarse en el Ministerio hablando con algún responsable sobre los trámites a seguir y manejando con soltura los formularios a rellenar para poder llevar a cabo esa operación. Finalmente pudo hacerse y ella, en lo personal, “se apuntó” un mérito con quien le encargó hacerlo.
Recuerdan con cariño que aquel fue un año de discípulos y maestros. Había un grupo de profesores, entre los que ellas me colocan, a los que admiraban y con los que comenzaron a forjar una relación que culminó, con muchos de nosotros, siendo de amistad. Conseguir aquello no fue sencillo; cuentan divertidas que, sin internet, ni posibilidad de “googlearnos”, preguntaban constantemente a los alumnos de los años superiores, a otros profesores, buscaban nuestros libros y trabajos y nos visitaban en nuestros despachos con cualquier excusa. Ana me dice que fue precisamente la experiencia de aquellos años lo que la inspiró a dedicarse a la vida académica. Todas acabaron con buenísimos resultados y no perdimos ocasión de celebrarlo en una gran cena a la que acudimos los profesores de la especialidad.
En los años que siguieron al término de su licenciatura, seguimos relacionándonos personal y profesionalmente. Colaboré con Ana en trabajos de investigación en sus primeros años de doctorado, en el Instituto de Sociología de Nuevas Tecnologías de la Facultad, que dirigía el actual Ministro de Universidades, Manuel Castells. Ella recuerda, “Paloma fue la responsable de que dedicara mi vida a la academia y al estudio de la innovación y progreso técnico, pues fue la primera persona que me ofreció trabajar en un proyecto de investigación y quien me motivó a hacer el doctorado”. Terminó su tesis ya siendo profesora ayudante en la Universidad de Castilla la Mancha y participé en su tribunal de defensa días antes de que se marchara a Brasil.
Ildara fue premio extraordinario fin de carrera en ese curso, ceremonia que pudimos disfrutar de nuevo juntas en la Facultad, salvo con Gemma que se marchó un año a estudiar fuera. Nuria e Ildara comenzaron a preparar oposiciones. Todas siguieron diferentes caminos, pero con una amistad reforzada a la que, casi sin darme cuenta, me fui uniendo en parte por la vinculación que seguíamos teniendo en cuestiones académicas, entre ellas la dirección de sus tesis doctorales (Nuria), algún trabajo o publicación conjunta (Nuria y Ana) o el hecho de pertenecer, un par de años después, al mismo departamento (Gemma), o al mismo Cuerpo Especial de la Administración, Técnico Comercial y Economista del Estado, al que Ildara opositó con éxito, como yo había hecho unos años antes.
Asi, la vida nos fue entrelazando y la relación inicial de profesora y discípulas, ha ido evolucionando permitiéndonos también compartir y disfrutar otras facetas de nuestras vidas.
Hay una anécdota adicional a la que me quiero referir. Probablemente ellas la recuerden. En la asignatura de Sector Exterior todos los años hacía la siguiente pregunta en clase: “Si Vd. fuera Secretario de Estado (o Ministro) de Comercio, ¿qué producto no dejaría exportar sin autorización previa? Una de las respuestas posibles era, y sigue siendo, ciertas obras de arte. Pues bien, años después una alumna, Silvia Iranzo, fue Secretaria de Estado de Comercio. Otra alumna y colega de la que me siento orgullosa.
Me hace feliz constatar -espero haber tenido algo que ver- que les inculqué el gusanillo de la investigación y del esfuerzo y las cuatro siguieron mis pasos. Tres son profesoras universitarias, Gemma en la UAM, Nuria en la Universidad Carlos III y Ana, desde el año pasado catedrática, en la Universidad Federal Fluminense (Brasil). Ildara, como he dicho, es Técnico Comercial y Economista del Estado.
Han pasado más de 35 años y seguimos siendo amigas, nos consolamos mutuamente cuando hemos tenido problemas o enfermedades, nos felicitamos con los éxitos profesionales y cuando han llegado los hijos para ellas o los nietos para mí. El caso es que, siempre, hemos sabido que manteníamos ese vínculo de conexión y de amistad que supera el paso de los años. Ahora, cada una de ellas tiene su vida, su familia, pero buscamos, de vez en cuando, tener encuentros, como alguna que otra carrera contra el cáncer, que en el 2020 haremos todas juntas (era el proyecto, hoy frustrado, cuando escribí estas líneas), o comidas, con largas sobremesas, aprovechando los viajes de Ana a Madrid.
Sabemos que todas estamos ahí, lo que para una profesora universitaria no deja de ser un motivo de satisfacción porque, de alguna manera, he podido ver cómo aquellas chicas que llegaron casualmente a mí, se han convertido en mis amigas a lo que, espero, haber contribuido con cariño y dedicación.
La última foto de este blog estaba previsto que fuera la de la última comida, uniendo en collage a Ana, en Brasil. Tuvimos que aplazarla sine die y Gemma ha hecho este excelente collage de todas. Chicas, queda pendiente esa comida. Brindemos por ello.
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