Javier
Oubiña
Departamento de Financiación
e Investigación Comercial
José Ramón Lasuén, fundador de la Facultad
José Ramón Lasuén, fundador de la Facultad
por Javier Oubiña Barbolla
El blog de historia de la Facultad no podía ponerse en marcha sin la presencia en el mismo de José Ramón Lasuén Sancho, ya que todos los miembros de nuestra comunidad coinciden en señalarle como la persona que realmente fundó nuestro Centro. José Ramón tiene actualmente 87 años y vive en Zaragoza. Tuve ocasión de hablar telefónicamente dos días con él, en los que tomé notas en un cuaderno cuyo contenido reproduzco a continuación.
Antes de describir su papel en la creación de la Facultad, creo que es conveniente exponer unas notas biográficas, pues probablemente permitan entender mejor su perfil humano y profesional, así como las circunstancias que le condujeron a participar en la gestación de la Universidad Autónoma de Madrid.
José Ramón nació en un pueblo aragonés de la provincia de Teruel, Alcañiz, en 1932. De familia de procedencia vasca, quedó huérfano de padre con 17 años, sacando su madre a los hijos adelante. De joven estudió en el colegio de los Escolapios de Zaragoza y partió a Madrid a realizar la licenciatura en Economía con premio extraordinario, en la sede del viejo caserón de la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de la Universidad Central (actual Universidad Complutense) de la calle San Bernardo, primera Facultad española de Economía creada en 1943 que, diez años más tarde, incorporaría los estudios de comercio pasando a denominarse Facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales.
Animado por su mentor académico, Manuel de Torres, eminente economista, demócrata cristiano valenciano, José Ramón realizó posteriormente estudios de posgrado en la London School of Economics and Political Science y en Oxford, Inglaterra, en 1955, gracias a una beca, no muy cuantiosa, que le obligó a simultanearla con otros oficios como pelador de patatas en Victoria Station.
En Londres asistió a clases de célebres economistas como Lionel Robbins, que incorporó al Centro a profesores como Friedrich A. Hayeck de la escuela austríaca. Robbins ayudó a su discípulo José Ramón a conseguir una beca para hacer un Master en Economía en la universidad de Stanford (California, EEUU) en 1956. Poca gente sabe que allí, la avenida principal lleva el nombre de “Father Lasuén”, un franciscano alavés, pariente lejano de José Ramón, que fundó varias misiones en California junto a Juníperro Serra, lo que facilitó enormemente la inserción de José Ramón y le hizo, en seguida, popular en aquel entorno universitario.
Le ofrecieron quedarse en Stanford, pero la situación de su madre viuda en España y la llamada de Manuel de Torres para doctorarse en 1959, le hicieron regresar a su patria natal. Manuel, junto a José Castañeda y Valentín Andrés Álvarez, influyeron mucho en José Ramón ya que defendían un aperturismo que contrapesaba en aquel momento la corriente ideológica falangista. Mientras preparaba la cátedra, José Ramón trabajó un año en el área económica de la nueva Secretaria General Técnica de la Presidencia del Gobierno, que encabezaba el conocido aperturista López Rodó.
Con 28 años de edad, obtuvo una cátedra recién creada de Teoría Económica en la Universidad de Barcelona, que ocupó entre 1960 y 1966, compatibilizándola con la Subdirección General de Urbanismo, en la que contribuyó a desarrollar la primera Ley de Suelo en España.
En 1966 se fue a vivir con su mujer Carmen y sus tres hijos, a Caracas (Venezuela), prestando asesoramiento en crecimiento económico y desarrollo regional a la Organización Resources for Future, ligada a la Ford Foundation Americana, que realizaba investigaciones sobre recursos naturales, energéticos y medioambientales en defensa de la democracia, la reducción de la pobreza, la cooperación internacional y el desarrollo humano, con un cierto carácter progresista asociado al partido demócrata americano.
Allí permanecieron 4 meses, desplazándose posteriormente a Washington DC, en el marco de la misma organización, en dónde estuvieron 2 años, coincidiendo en el tiempo con el asesinato de Robert Kennedy, en aquel entonces Fiscal General del país y candidato a la presidencia de EEUU, cinco años después de la muerte de su hermano JFK. José Ramón participó en labores de asesoramiento económico y político para los Kennedy.
Justo en aquél entonces, Lasuén recibió el ofrecimiento por parte del Ministro de Educación, José Luis Villar Palasí y el primer rector de la universidad Autónoma de Madrid, Luis Sánchez Agesta, de crear e impulsar una Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, siendo nombrado Decano de la misma, puesto que ocupó entre 1968 y 1973.
Una vez expuesta la trayectoria internacional de José Ramón, es fácil comprender cómo introdujo las características de los planes de estudio de las mejores instituciones académicas del mundo en nuestra Facultad, lo que hizo de ella, un Centro absolutamente pionero y moderno desde su nacimiento, innovador al más puro estilo anglosajón, y diferenciado respecto a otras facultades, tanto en términos de contenidos de las materias y sistemas de evaluación, como en términos de metodologías docentes y extensión universitaria.
Durante la etapa de la sede de la Facultad en el Retiro, José Ramón tuvo libertad para elegir y promover la contratación de profesorado de sumo prestigio, incluso aquéllos que no eran del agrado ideológico del régimen, como Ramón Tamames, sin embargo, al poco tiempo de llegar a Cantoblanco, con Arias Navarro en la presidencia del Gobierno de Franco, la situación empeoró sensiblemente, y sintió que perdía el control para desarrollar su proyecto completo Facultad.
En esa época, José Ramón tuvo que lidiar con acontecimientos que le otorgaron el sobrenombre de “Decano Rojo”, como aquel día que la Guardia Civil intentó entrar en la Facultad ante la resistencia de José Ramón, quien, apoyado por los estudiantes, convenció al comandante de la inconveniencia de hacerlo.
Un hombre como José Ramón, en un contexto histórico como la transición española, no podía permanecer al margen y dejar de poner sus conocimientos al servicio de la política, lo que le llevó a crear en 1977 su propio partido, la Federación Social Demócrata, junto a Luis Lamana y Teresa Mendizábal, integrándose en el seno de UCD (Unión de Centro Democrático), siendo asesor económico del presidente Adolfo Suárez (1977-79), diputado por Alianza Popular, liderada por Manuel Fraga, a partir de 1982, partido que abandonó en 1987, incorporándose a las filas del CDS (Centro Democrático y Social), atendiendo la llamada de Adolfo Suárez, con el que obtuvo escaño en el Congreso en las elecciones de 1989, y ocupó su presidencia en la Comunidad de Madrid.
Cuando abandonó la política, Lasuén regresó de lleno a la Facultad para crear el Master en Economía de los Servicios, a mediados de los noventa, con el fin de formar profesionales adaptados a la nueva realidad económica del país en el que, el sector servicios, tenía ya una importancia absolutamente decisiva. José Ramón, una vez más, viajó a varias universidades extranjeras, y percibió la evolución que habían seguido muchos estudios en economía, así como la necesidad de confeccionar una formación de posgrado especializada en la materia.
Hace unos años, José Ramón se retiró a vivir con su mujer a una pedanía de 300 habitantes situada a un par de kilómetros de su localidad natal, cultivando una finca de árboles frutales que tuvo que abandonar hace unos años, ya que unos problemas de salud aconsejaban una mayor proximidad a centros hospitalarios por lo que se trasladaron a vivir a Zaragoza capital.
Allí, vive rodeado de su gente, asistiendo todavía a conferencias como la que impartió recientemente en el Caixa Forum, aleccionando, enseñando, compartiendo sus conocimientos y sus experiencias, porque probablemente las mentes lúcidas nunca dejan de proyectarse a la sociedad.
Concluyo este pequeño homenaje a la figura de José Ramón con la reflexión que me suscitaron, en varios momentos, las conversaciones que mantuvimos, preguntándome concretamente cómo, un hombre nacido a principios de los años 30 en un pueblo perdido de la provincia de Teruel, recorrió el mundo entero, pasando por las instituciones más prestigiosas del mundo y trabajando para líderes que marcaron la historia de la humanidad, y se detuvo en un momento dado de ese camino, para crear y sentar las bases de un centro universitario como el nuestro, por el que han pasado ministros, secretarios de Estado, gobernadores del Banco de España, presidentes, directores y consejeros de las mayores compañías e instituciones.
No le conocí en persona. Sí le vi por los pasillos de la Facultad, en alguna ocasión cuando estudié la carrera, y en mis inicios como profesor, y asistí a alguna de sus conferencias. No puedo hablar por tanto a nivel profundo de él, pero sí estoy en condiciones de realizar dos afirmaciones que me parecen incuestionables: el impresionante valor de su legado como fundador de la Facultad, y el cariñoso afecto con el que, en mis dos conversaciones telefónicas, habló en todo momento de las personas con las que coincidió en esa etapa de su vida profesional.
Ni una sola palabra negativa de nadie. Todo lo contrario, me pidió que, por favor, les trasladase un abrazo a todos de su parte. Esto es exactamente lo que hago ahora mismo a través de este escrito. Espero que tenga ocasión de leerlo y comprobar que cumplí mi palabra.
Nota: Fuentes de las fotografías (Congreso de los Diputados, Mundo Obrero, Noticias de Almería, La hemeroteca del Buitre, Plá Estratègic Metropolità de Barcelona, Aragón Hoy – Gobierno de Aragón). Otras fuentes: Alba, R. y Humanes, C. (2007), Entrevista, Revista Bolsa, pp. 106-112.
Autor
Javier Oubiña Barbolla
Departamento de Financiación e Investigación Comercial
javier.oubinna@uam.es
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Decana, ¡qué magnífica idea la de blog!. Me está encantando leer las historias que habéis escrito. Y Javier está haciendo un trabajo formidable.
Quiero referirme en este momento de confinamiento a Jose Ramón Lasuén. Quizás tú no me recuerdes, pero yo me acuerdo perfectamente de ti, del difícil tiempo que te tocó vivir, y del gran recuerdo que dejaste de tu paso por el Decanato.
En el curso 73-74, Leandro Cañibano y yo llevábamos tres años casados, él era Secretario de la Facultad, contigo Decano. Yo cursaba cuarto curso de la rama de Economía y en el mes de mayo estaba embarazada de ocho meses. Estábamos reunidos cientos de estudiantes en el hall de la Facultad, esperando que la policía entrara en cualquier momento. Entre nosotros estaba, ¡cómo no! el Abuelo, Chema Mella. Claudio, uno de los bedeles de aquel entonces, ya fallecido, fue al despacho de Leandro y le dijo señalándose la barriga: “Oiga, que van a entrar y está ahí su señora, y ya sabe cómo está”. Ese día no entraron y no me toco correr arriba y abajo las escaleras; por cierto, muy apropiadas para gente con muletas o barrigas como la mía (¿Quién sería el arquitecto?).
Me ha encantado saber de ti, Jose Ramón, y de que estás disfrutando de la vida. Dile a Carmen, tu mujer, que hace miiiíles de años coincidíamos en la misma peluquería, una que estaba en Santa Engracia, creo. Mis más cordiales saludo a los dos.
Muchas gracias Paloma por tus amables palabras, y sobre todo por enriquecer este post con anécdotas tan entrañables de la trayectoria de José Ramón Lasuén en la Facultad, hechos en los que participaron además otras personas como Chema Mella junto a otros muchos estudiantes de aquél entonces, y por supuesto profesores, el Secretario Académico en aquél momento, Leandro, o bedeles como Claudio, este último a quien yo y otros muchos no tuvimos desgraciadamente ocasión de conocer y nos viene muy bien esta información. Un abrazo.
Queridos Paloma y Leandro,
(Os respondo conjuntamente)
Me ha emocionado leer vuestras contribuciones al artículo que ha escrito Javier sobre mi participación en la fundación de la Facultad de C.E. y E. de la U.A.M. Evidentemente, yo no la fundé solo, sino que lo hice con la ayuda fundamental de un equipo de profesores, funcionarios y estudiantes muy comprometidos con la docencia universitaria, y entre los que os encontrabais Leandro y tú. Formamos parte de una hermosa historia que me encantaría rememorar con vosotros en persona, y aunque no sea posible por ahora, que sirvan estas breves palabras como prólogo. Os mando un fuerte abrazo y un beso de Carmen.
P.D. Paloma, sí !!! Coincidíamos en una peluquería en el barrio de Chamberí (que ya no debe existir). Carmen
José Ramón Lasuén en la huelga de exámenes de 1973
Conocí a José Ramón Lasuén a los pocos días de mi incorporación a la Facultad en el curso 1969-1970; no había sido profesor mío, ya que mientras yo estudiaba la Licenciatura en la Complutense, él era ya Catedrático de la Universidad de Barcelona. Casi al final de dicho curso el Decano Lasuén me propuso como Secretario de la Facultad, cargo que desempeñé durante los tres cursos siguientes, lo cual nos brindó la oportunidad de conocernos mejor.
El Decano entendía su función como corresponde a un directivo, sin entrar en minucias o cuestiones burocráticas de menor trascendencia. Yo me sentí siempre respaldado por él y dispuesto a asumir y resolver cuantas funciones delegara en mí, como la de ir desarrollando año tras año los nuevos planes de estudios con sus variadas especialidades.
El traslado de la Facultad desde su sede provisional en el Parque de El Retiro a los nuevos edificios en el Campus de Cantoblanco se produjo en octubre de 1970. El Decano Lasuén tenía muy claro que las aulas deberían ser para un máximo de cincuenta alumnos; lamentablemente años después creció significativamente el número de estudiantes y no el de profesores: solución tirar tabiques, al margen de la audición y visión de la pizarra.
El hecho de aquellos años que merece un recuerdo expreso, fue el papel que ambos debimos asumir ante la huelga de estudiantes, que renunciaron a efectuar sus exámenes en junio de 1973, por motivos políticos, que no académicos. La inmensa mayoría de los estudiantes decidió no hacer los exámenes, que estaban formalmente convocados, por lo tanto, ante la duda de que algún estudiante quisiera presentarse al acto del examen, Decano y Secretario de la Facultad comparecimos a la hora convocada, aula por aula, levantando acta de la incomparecencia de los estudiantes convocados. Tan sólo hubo un estudiante que quiso presentarse en alguna asignatura, así como una corte de ellos tratando de impedirlo. El Decano Lasuén negoció con uno y otros y no sé muy bien cómo salimos del problema, pero ello se produjo sin mayor quebranto.
Recuerdo sobre todo el gratísimo ambiente de compañerismo entre los profesores y buena relación con los estudiantes, existente en aquel entonces, auspiciado por el Decano Lasuén, junto al que me desempeñé muy gratamente como Secretario de la Facultad.
Muchas gracias Leandro por tu generosa contribución. Esta información no figuraba en el escrito y aporta datos concretos muy valiosos de la primera etapa de José Ramón Lasuén en la Facultad, poniendo de manifiesto el movimiento estudiantil que había en aquel entonces, una huelga específica que yo desconocía y cómo, las relaciones humanas imperantes en aquel entonces, facilitaban enormemente la resolución de gran parte de las problemáticas que surgían. Un abrazo.
Estimado Javier,
Quisiera agradecerte muy sinceramente tu iniciativa de crear y animar este blog sobre la historia de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid. Primero, porque se recuperan de la memoria colectiva muy gratos recuerdos de las personas que contribuyeron a hacerlo realidad; segundo, porque me reencuentro en la memoria individual de algunas de esas personas extraordinarias, amigos míos, colegas. Recuerdos gratos sí, momentos a ratos también difíciles, que me has ayudado a recordar en los breves intercambios telefónicos que has tenido la amabilidad de realizar con la paciencia y dedicación propias de un profesor de Universidad. No tengo el placer de concerte en persona, pero tengo ya sobrados motivos para desearlo. Has demostrado con tu iniciativa por esta Facultad un cariño que compartimos todos los autores de este blog. Y en particular respecto de mi participación en su fundación, has redactado un artículo respetuoso y veraz, desde la confianza. Confianza que espero tener la oportunidad de corresponder en el futuro.
Muchas gracias.
Querido José Ramón,
El agradecimiento es mío, y ya ves que, de otros muchos. La verdad es que, desde joven, cuando entré en la Facultad, oí hablar mucho de ti y no había tenido ocasión de conocerte, así que, de alguna forma, este Blog me ha concedido esa oportunidad. Hablar contigo por teléfono, y recopilar información sobre tu trayectoria y el papel trascendental que has desempeñado en la gestación de nuestro centro, ha sido una experiencia inolvidable. La llevaré siempre conmigo. Cuando acabe este maldito confinamiento, espero tener ocasión, como dices, de conocerte en persona y de darte un abrazo lleno de admiración y respeto. Si no puedes venir tú por Madrid, cogeré encantado un tren a Zaragoza y me presentaré allí. Tenemos una comida, un café y una cerveza pendientes… Cuídate muchísimo!