Pilar Martín-Guzmán
Catedrática Emérita Economía Aplicada
El pasado del análisis de datos en nuestra Facultad
El pasado del análisis de datos en nuestra Facultad
por Pilar Martín-Guzmán
No tuve la suerte de “estrenar” la UAM en las instalaciones que estaban junto al Retiro. Nuestra Universidad llevaba ya cinco años funcionando cuando yo me incorporé. Así pues, mis 43 años de carrera docente en la Facultad -inicialmente como profesora adjunta y después, tras el periplo por la geografía nacional que en aquella época iba normalmente asociado a los ascensos en la carrera docente, como catedrática -han transcurrido siempre en el edificio actual, este pintoresco dédalo de escaleras de subida y bajada que seguramente contribuyen a mantener ágiles y esbeltos a nuestros profesores jóvenes, pero que a los eméritos se nos van haciendo ya algo penosas.
Es una tendencia muy arraigada en los seniors opinar, como el poeta, que “cualquiera tiempo pasado fue mejor”. En el caso de la UAM sería injusto decir esto. Nuestra universidad, que siempre tuvo un gran prestigio, ha sabido adaptarse a las nuevas demandas de la sociedad ampliando y perfeccionando sus servicios hasta convertirse en el campus de excelencia que hoy es. Por nuestros pasillos circulan ahora alumnos y profesores de muy diversas nacionalidades y etnias, se imparten cursos en varios idiomas, se han mejorado considerablemente las instalaciones deportivas y se ha diversificado aún más la oferta cultural. Creo que son muy escasas las actividades culturales o deportivas que los estudiantes no puedan hoy practicar en nuestro campus.
Pero siempre es bueno escudriñar el pasado con espíritu creativo, por ver si de él podemos extraer enseñanzas o sugerencias de mejora. En este contexto no puedo por menos de recordar con cierta nostalgia nuestra licenciatura de cinco años y, sobre todo, su organización por especialidades. Concretamente, la especialidad de economía cuantitativa en la que yo desarrollaba una buena parte de mi actividad proporcionaba a los alumnos una formación completísima en el manejo de datos. Estudiaban con bastante profundidad los fundamentos de la estadística y la econometría y sus aplicaciones: obtención de datos mediante encuestas, tratamiento y análisis de estos datos, las formas más usuales de síntesis de la información multivariante, extracción de sus características temporales, estimación de diversos tipos de modelos econométricos y algunos métodos básicos de programación lineal. Era el germen de esas técnicas, tan demandadas actualmente, que se agrupan bajo la expresión “análisis de datos”, o “minería de datos”.
El paso a un grado de solo cuatro años, y la necesidad de adaptarlo a la normativa de Bolonia, acabaron con las especialidades. La Facultad ha sido consciente del riesgo de pérdida de competitividad en el mercado laboral que esto suponía para nuestros estudiantes, y ha intentado recuperar en parte este esquema con itinerarios, menciones y perfiles, con resultados discutibles. Quizá sería bueno reflexionar y buscar alternativas, precisamente en un momento en que matemáticos e informáticos están encontrando un importante nicho de empleo en las grandes empresas e instituciones financieras gracias a su dominio en el manejo de datos.
La organización por especialidades tenía muchas otras ventajas. Por ejemplo, generó una estrecha vinculación de nuestro Departamento con el Instituto Nacional de Estadística. Es muy elevado el número de altos funcionarios del INE que proceden de la especialidad de Economía Cuantitativa. Entre ellos, varios de los actuales subdirectores, funcionarios de la máxima categoría administrativa, con nivel 30, han sido alumnos nuestros.
La vinculación con el INE ha sido tradicionalmente un activo importante de nuestra Facultad. Los primeros catedráticos de Estadística llegamos con una experiencia previa de trabajo profesional en el INE, y posteriormente esta conexión se ha intentado mantener a través de la contratación de Profesores Asociados.
Hay que decir que esta relación ha resultado siempre muy beneficiosa para la investigación en el Departamento, pues solo un entendimiento a fondo de las definiciones que subyacen tras cada dato estadístico -y son los productores de ese dato los que mejor pueden facilitarlo- garantiza una correcta interpretación de los resultados. Por otra parte, también al INE le interesa contar con foros en los que presentar sus innovaciones y, sobre todo, con investigadores que trabajen con sus datos y les sugieran posibles mejoras o alternativas. Durante varios años el Departamento, con el apoyo de la Facultad, organizaba anualmente una presentación de novedades estadísticas en el marco del Seminario Gonzalo Arnaiz, un seminario que se instituyó en homenaje a aquel magnífico profesor y entrañable compañero que tanto hizo por la enseñanza de la estadística en las Facultades de Economía y ADE, que libró incansables batallas en defensa de lo que él consideraba justo, aunque le perjudicase, y que supo amenizarnos como nadie las Juntas de Facultad – y también, como no, las tertulias en el bar -con su agudo e inimitable sentido del humor. Desde aquí quiero dedicarle un recuerdo muy especial.
De estas evocaciones del pasado podría surgir otro buen propósito: la exploración de nuevas formas de intensificar esta fructífera relación del Departamento con los productores de estadísticas oficiales: con el INE y otros organismos del sistema estadístico nacional, por supuesto, pero también con EUROSTAT, la Oficina de Estadística de la UE donde, por cierto, el único director español que hay actualmente en esta institución, Eduardo Barredo, es otro exalumno de nuestra Facultad.
Autor
Pilar Martín-Guzmán
Catedrática Emérita de Economía Aplicada
pilar.guzman@uam.es
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