Juan José Durán Herrera
Catedrático Emérito Economía Financiera
Caminando con el quehacer institucional de la Facultad de Económicas y Empresariales de la UAM
Caminando con el quehacer institucional de la Facultad de Económicas y Empresariales de la UAM
por Juan José Durán Herrera
Al pensar en qué decir en estas notas, y cómo decirlo, irremediablemente tuve que mirar al pasado; al discurrir de mi vida en la Facultad: como observador y como actor. A mi regreso de EEUU en 1974 me incorporé a la UAM, al Departamento de Financiación, el que durante varios años dirigí. Recuerdo que durante mis primeros años en la Facultad colaboré estrechamente con la Fundación Universidad-Empresa y con otros compañeros de nuestro centro y de las universidades madrileñas, para poner en marcha nuevos proyectos como la creación de los Centros de Orientación e Información de Empleo-COIE (el primero en inaugurarse fue el de la UAM y yo fui su primer director).
También se puso en marcha el Programa de Cooperación Educativa (y su director fue el profesor Cañibano), y se creó la revista de Planificación Empresarial y Marketing (con la dirección del Profesor Pulido San Román). Estos proyectos siguieron su curso cumpliendo con sus objetivos y razón de ser. Poco tiempo después, se crearon en el seno de la Facultad, el Instituto de Administración y Dirección de Empresas (IADE), dirigido por el Profesor Eduardo Bueno Campos, y el Instituto Lawrence Klein y Centro de Predicción Económica (CEPREDE), dirigidos por el ya citado Profesor Antonio Pulido San Roman.
En mi etapa como Decano de la Facultad (1986-1993), se desarrolló un periodo singular para el Centro y también para mí por las experiencias vividas y por el papel que me tocó asumir. Durante este periodo tuve el privilegio de participar activamente, en colaboración con el Profesor Fuentes Quintana, en el diseño de las enseñanzas de Economía que iba a seguir S.A.R don Felipe de Borbón y Grecia, enseñanzas que cursaría simultáneamente con la Licenciatura en Derecho.
La docencia en Economía se realizó durante cinco cursos académicos bajo la denominación de “Seminarios de Economía” y las materias impartidas eran en general equivalentes a asignaturas de la Licenciatura en Economía de la Facultad. Los alumnos que acompañarían a Don Felipe, durante esos cinco cursos, fueron seleccionados entre varios candidatos. El Decano convocó a los alumnos de primer curso, que iban a iniciar sus estudios de Licenciatura, para informarles de que la Facultad quería organizar seminarios voluntarios para complementar y reforzar sus estudios reglados, sin que éstos pudieran ser considerados a los efectos de sus calificaciones en las correspondientes materias curriculares.
Por tanto, deberían decidir si optaban a participar en los seminarios con el único incentivo de ampliar su formación en un grupo reducido de alumnos y con Profesores procedentes de otras universidades (Profesor Luis Ángel Rojo, Profesor Manuel Varela, entre otros) y de nuestra Facultad (Profesor ÁlvarezRendueles, Profesor A. Santillana, Profesor Rubio de Urquía, ProfesorSantiago Roldán, entre otros). Los alumnos que manifestaron su interés por incorporarse a los seminarios fueron entrevistados por los Profesores Fuentes Quintana, Rubio de Urquía y yo mismo; se les explicó el contenido de las distintas materias, así como su nivel de exigencia.
También tuvimos en cuenta la conveniencia de que el grupo estuviera formado por alumnos que, en cierta medida, representaran al conjunto de estudiantes de la Facultad (considerando, además del interés mostrado por participar en el proyecto, la zona de residencia en Madrid y la entrevista realizada). En las diferentes materias y para temas concretos fueron invitados diversos profesores y profesionales de prestigio. Durante el último curso, se crearon dos asignaturas como materias complementarias de los estudios previos: Economía Española (coordinada por el Profesor Fuentes Quintana) y Economía Internacional (coordinada por mí mismo).
Se puede decir que, durante estos años, la normalidad fue el denominador común; no hubo ninguna incidencia mediático ni de otra naturaleza. Desde el punto de vista institucional, para mí este era un objetivo fundamental, que se cumplió.
A finales de los años ochenta y primera parte de los noventa, la Facultad sufrió una importante reestructuración ya que se consideraba la conveniencia de constituir grandes departamentos en todas las universidades públicas. Nuestra Facultad, en mi opinión, estaba muy bien estructurada desde su origen, homologable a nivel internacional en lo que eran las áreas docentes e investigadoras relevantes.
Es verdad que, con el tiempo y para solucionar ciertas fricciones, se desdibujó ligeramente esa estructura departamental: tuvimos dos departamentos de Contabilidad y dos de Econometría. Mi argumentación en la Junta de Gobierno de la UAM se fundamentaba en que, corrigiendo esas dos “anomalías” citadas, la Facultad quedaba bien estructurada con departamentos que constituían unidades docentes e investigadoras integradas y que su agrupación en grandes departamentos traería fricciones y divergencias en planteamientos y orientaciones, como así ocurrió.
Únicamente “conseguí”, esgrimiendo la homogeneidad y diferenciación temática, que se aprobara un departamento de Hacienda y Economía Pública (y no se integrara en el de Economía Aplicada), departamento pequeño en comparación con la dimensión formal de los otros departamentos creados y aprobados. Con esta reorganización, tuvimos que enfrentar el pasar de Licenciaturas de cinco años a grados de cuatro años de duración, abriendo un proceso posterior de generación de nuevas titulaciones. Subsiguientemente se crearon nuevos Masters y se fueron modificando los programas de Doctorado. También se fueron creando nuevas titulaciones, especialmente menciono la de Economía y Finanzas.
A título de curiosidad, me gustaría dejar constancia de una anécdota. Cuando se iban a aprobar los grados de cuatro años se tenía claro que Economía era una de las denominaciones. Pero no era aceptado por muchos a nivel estatal que la otra se denominara Economía de la Empresa. Hablando sobre este tema con varios compañeros de diversas universidades, pensamos que la denominación de Administración y Dirección de Empresas no podía quedar exclusivamente asociada a las Escuelas de Negocios e instituciones privadas. Un Profesor de la Complutense y yo mismo consideramos la conveniencia de dirigirnos personalmente a los Subsecretarios, conocidos personalmente por nosotros, para solicitarles que propusieran al Consejo de Ministros la denominación de Administración y Dirección de Empresas como título de “Empresariales” de nuestras facultades, como así fue.
En 1990, la Junta de Gobierno de la UAM aprobó la creación del Centro Internacional Carlos V con el objetivo de realizar investigación y docencia en Economía y Negocios Internacionales. La elección del nombre Carlos V, y no Carlos I, como con frecuencia me preguntaban, se debió lo siguiente, buscábamos un nombre de algún Economista o Institución española relevantes, pero en esos momentos la Comunidad Europea acuñó monedas conmemorativas de ECUs (European Currecncy Unit), en una de cuyas caras aparecía el Emperador Carlos V. Pensamos que era un buen nombre y que, a nivel internacional, era más conocido como Carlos quinto que como Carlos primero.
En este Centro, se impartieron Masters en Dirección de Empresas Multinacionales, Banca y Mercados Financieros, y Marketing y Administración de Entidades No Lucrativas. Los cambios producidos en la oferta de programas de postgrado para profesionales y cuestiones de índole institucional condujeron al cierre del Centro Carlos V.
Desde esta institución, también colaboramos en la creación y dirección (1988-2005) de la Revista Cuadernos de Economía y Dirección de Empresas, de la Asociación Científica de Economía y Dirección de la Empresa (ACEDE, de la que fui fundador), así como de la Revista de Responsabilidad Social de la Empresa (en el seno de la Fundación Luis Vives) (2009-2019).También organizamos en 1990 el Congreso de la European International Busisness Academy(EIBA), de la que he sido Presidente y en la actualidad Decano de los Fellows de dicha Academia.
Asimismo, en 1993, profesores de la Facultad (liderados por el profesor Cruz Roche y por mí mismo), en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid, presentaron un proyecto de plan de estudios de Ciencias Empresariales para ser puesto en marcha en la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana, lo que ocurrió en el siguiente curso académico. En 1997, el Rector de la Universidad de la Habana me nombró Profesor Invitado de dicha Universidad.
Caminando a lo largo de este ya dilatado periodo, en mis tareas de responsabilidad he procurado tomar decisiones fundadas, equilibradas y justas. Creo que, excepcionalmente, alguna de ellas ha podido no ser bien percibida por algunas personas. Si me llegaba la duda de que podía haberme equivocado, intentaba, si ello era posible, rectificar y pedir excusas (si me lo permitían). En cualquier caso, mi balance personal de este paseo por el quehacer en la Facultad, es claramente positivo: ha sido un honor ser miembro de esta Facultad; he convivido y colaborado con excelentes y prestigiosos compañeros y compañeras, y con un Personal de Administración y Servicios de gran calidad. Y he tenido el privilegio de disfrutar del aprendizaje de varias promociones de alumnos, tanto de Economía como de Administración y Dirección de Empresas. Espero, en general, haber estado a la altura.
Autor
Juan José Durán Herrera
Catedrático Emérito de Economía Financiera
juanjose.duran@uam.es
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